Psicología y Terapia Transpersonal

Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de consciencia en el que se creó.
[Albert Einstein]

La Psicología y Terapia Transpersonal introduce la dimensión espiritual (no religiosa) en la psicoterapia; el ser humano no solo es una realidad biológica, psicológica y emocional, también es una realidad trascendente y espiritual.

La Psicología y Terapia Transpersonal es un proceso que complementa las prácticas de meditación y atención plena con los recursos psicoterapéuticos más avanzados y actualizados.

La Psicología y Terapia Transpersonal opera a dos niveles: lo personal y lo transpersonal. Lo transpersonal es la vía meditativa. Lo personal es la vía terapéutica.

La Meditación expande la consciencia. La Terapia nos permite hacer consciente lo inconsciente; sanar y liberar el pasado para que la energía pueda fluir en el presente.

Como podemos apreciar, se trata claramente de un proceso de consciencia. Algunos aspectos fundamentales de este proceso serían los siguientes:

1. Integración psicológica
• Reconocimiento y comprensión de nuestra dimensión psicológica.
• Profundizar en el proceso de autoconocimiento.
• Reconocer, liberar e Integrar la sombra psicológica. La sombra son los aspectos reprimidos o excluidos de nuestra consciencia, que generan patología, desequilibrio, confusión, conflicto y enfermedad. Integrar la sombra consiste fundamentalmente en hacer consciente lo inconsciente, para poder asumirnos y aceptarnos tal y como somos plenamente.
• Reprogramación. Transformar las creencias y los patrones mentales inconscientes que están causando conflicto, incoherencia y desarmonía. Transformar una programación obsoleta y desadaptativa en una mente flexible, sana y creativa.

2. Integración emocional
• Reconocimiento y comprensión de nuestra dimensión emocional.
• Sanar las situaciones que hemos vivido de manera traumática o conflictiva, y están condicionando y produciendo desarmonía en nuestra vida.
• Drenar las emociones ocultas. Liberar la carga la emocional atascada y reprimida en nuestro interior. Liberar todo el dolor acumulado.
• Acoger nuestra propia historia y liberar el pasado no resuelto. Trabajar por la superación de conflictos y pérdidas. Transformar el dolor y las crisis en oportunidades de aprendizaje y crecimiento.
• Desarrollar y aplicar en nuestra vida inteligencia emocional (auto regulación y gestión emocional).

3. Integración corporal
Cuidado y consciencia corporal.

4. Descubrir nuestras capacidades, dones y fortalezas.
Liberar nuestro potencial creativo para orientar nuestra experiencia vital.

5. Propósito vital
Asumir la responsabilidad de nuestra vida. Descubrir y realizar nuestro propósito vital.

6. Abrir la dimensión transpersonal.
• El proceso del perdón. El camino de la comprensión y la compasión.
• Profundizar en el proceso de autoconocimiento y autoobservación.
• Abrirnos plenamente a la dimensión transpersonal o espiritual de la vida.

Psicología y Terapia Transpersonal

UNA TERAPIA TRANSPERSONAL PROFUNDA
El trabajo terapéutico es un proceso de auto observación, de auto indagación, de auto compasión… Una terapia profunda amplia nuestra consciencia y sana nuestro corazón. Nos permite reconocernos en todas nuestras dimensiones, en todo lo somos, con plena aceptación. También nos permite liberar todo nuestro potencial y creatividad connatural, descubrir y realizar nuestro propósito vital, así como reconocer y descansar en nuestra naturaleza profunda y esencial.

Una terapia transpersonal profunda complementa los recursos psicoterapéuticos con la práctica meditativa. El proceso terapéutico es, fundamentalmente, un proceso de expansión de la consciencia.

Lo esencial del trabajo terapéutico es hacer consciente lo inconsciente, e integrarlo en el corazón (no solo es reconocer, también es acoger; no solo es observar, también es aceptar e integrar). Lo que se busca en una terapia profunda es desenterrar las viejas heridas aun “vivas” (aquellos sucesos que hemos vivido de manera traumática o conflictiva), liberar la carga emocional atascada y reprimida, y transformar las creencias inconscientes que están causando conflicto, incoherencia y desarmonía, bloqueando e interfiriendo de ese modo en el proceso de salud y de equilibrio en nuestra vida.

Lo que se busca es integrar la sombra psicológica en la consciencia-corazón, y liberar esta energía psíquica hacia el florecimiento de la vida.

Una terapia profunda nos ofrece los recursos para viajar al inconsciente desde la consciencia; así, la forma de interactuar con el inconsciente es muy ecléctica. Como es natural, a medida que nos adentramos en este viaje descubrimos capas y capas de profundidad. Aunque lo Inconsciente, efectivamente, es como un “pozo sin fondo”, y atraviesa niveles que exceden la competencia estrictamente individual (inconsciente colectivo, inconsciente biológico, inconsciente espiritual, etc.), en nuestro proceso nos enfocamos en tres niveles, los más próximos e inmediatos: lo biográfico (experiencias de nuestra biografía), lo perinatal (lo que se imprime en torno al nacimiento), y el transgeneracional (el inconsciente familiar).

INDIVIDUACIÓN
Este trabajo terapéutico, desde la Psicología Transpersonal, requiere la realización de un ego sano antes de abrirse plenamente a la esfera de lo trascendente. En el nivel del ego personal suele haber tal desequilibrio, tal grado de división y conflicto, que resulta casi imposible imaginar un desarrollo humano que primero no resuelva esta dolorosa estructura personal.

Es paradójico; lo personal requiere de lo transpersonal, así como lo transpersonal requiere de lo personal; para sanar verdaderamente, lo personal necesita del sostén, la apertura y la claridad de lo transpersonal; para abrirse y realizarse plenamente, lo transpersonal necesita de la integración y sanación de lo personal. Por eso en la Psicología Transpersonal ambos aspectos se trabajan complementariamente

Por lo general, un ego ordinario, el ego de la mayoría de los seres humanos, es un ego enfermo, un ego dividido y fragmentado (de hecho, muchas personas viven en este estado considerándolo como el normal y natural). Ahora bien, ¿qué significa un ego sano? Un ego sano ya no es un ego tal y como lo entendemos. Un ego sano es un ego integrado. Uno ego sano alude a una “individualidad”, a un individuo “total” (individuo: indiviso, indivisible); un individuo que ha conciliado su imagen y su sombra psicológica, su cuerpo y su psique, su realidad biológica, psíquica y espiritual, un individuo que ha abrazado todas sus polaridades en una consciencia de totalidad. Esto sería lo que Jung denomina el principio de individuación. Esta individualidad consumada abre las puertas de algo que emerge como nuevo y lo trasciende. Esta individuación, por así decir, abre la posibilidad de llevar al individuo más allá de sí mismo.

Esta individuación es lo que precede a la eclosión del ser interior; el nacimiento de un nuevo estadio de consciencia que trasciende la estricta individualidad. La totalización de la consciencia individual precede a la emergencia de la consciencia espiritual.

Todo este juego de polaridad y dualismo finalmente conduce al reconocimiento y la reconciliación de lo que, en verdad, nunca estuvo divido. Además, comprendemos y contemplamos como esta “tensión polar” deviene profundamente creativa; de fuerzas en oposición pasan a ser fuerzas complementarias en pos del desarrollo de la consciencia y de la vida. Jung también resalta esta verdad básica: “no hay energía a menos que exista una tensión de los opuestos”. Para la Psicología Transpersonal esta tensión polar, más allá de ser problemática, es la fuerza creativa sin la cual el proceso del crecimiento y la transformación no podrían efectuarse.

La individuación (esta consumación o totalización del individuo) no es otra cosa que el proceso de observar, reconocer, aceptar e integrar todas y cada una de las facetas de nuestra magnifica y única singularidad. Es reconocer y amar a este individuo, en todas sus dimensiones, con todas sus polaridades y dualismos… En definitiva, es ser plenamente uno mismo. Entonces es cuando, naturalmente, puede revelarse y florecer eso que es más allá del individuo.

El ego es como la bellota del roble llamado yo espiritual. Si pretendemos llegar al yo espiritual sin trabajar el ego, destruiremos esa bellota y, por lo tanto, la posibilidad de emergencia de ese yo espiritual.
[Sabiduría perenne]

 

Toni Consuegra
Instructor de Meditación y Terapeuta Transpersonal
Fundador de Ananda Desarrollo Integral
www.anandaintegral.com

Por |2024-01-11T10:56:18+01:0025 de octubre de 2023|Artículos|Sin comentarios

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