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La Escuela2024-11-18T09:21:21+01:00

Ananda Desarrollo Integral reúne a un grupo de personas comprometidas con la expansión de la consciencia y el acompañamiento profundo en el ámbito de la Terapia y la Meditación.

Este Proyecto Consciente es fundado por Toni Consuegra. Tras veinte años viajando entre Oriente y Occidente (siguiendo el rastro de la Sabiduría Perenne), a principios del 2009 se adentra en la Terapia Transpersonal. Tras siete años de desarrollo profesional en la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal, en 2017 cofunda la Escuela Para el Desarrollo Integral Sadhana, donde se enfoca principalmente en el acompañamiento de esta Psicología del Despertar, enmarcada en el nuevo paradigma del Desarrollo Humano Integral. A principios del 2023 renueva este proyecto y funda Ananda Desarrollo Integral, donde continúa desplegando esta vocación en el ámbito terapéutico y espiritual.  

¿Quiénes somos?

Nuestros valores

Verdad-Bondad-Belleza (Conciencia-Amor-Creatividad)
Así es como la Sabiduría Perenne simboliza la Naturaleza del Ser y de la Realidad.

Estos Valores Profundos son la inspiración y la motivación fundamental de Ananda Desarrollo Integral. Actualizar momento a momento este propósito y estos valores es nuestro compromiso activo y esencial. Desde aquí, existen otros valores que pueden derivarse de esta motivación fundamental.

  • Sadhana. El significado original de este concepto sánscrito es “práctica espiritual”. La Sadhana tradicionalmente implica un camino de crecimiento, de amplitud y profundidad espiritual. Nosotros asumimos ese concepto y lo extendemos a un modelo de desarrollo holístico e integral.

    La Sadhana no es tanto especular como participar, no es tanto estudiar como practicar, no es tanto filosofar como vivir y realizar; Sadhana significa “convertirse” en la enseñanza, “ser” la enseñanza en sí misma.

  • Equilibrio. El equilibrio es el paso previo a la ecuanimidad. El equilibrio es el arte de compensar cualquier polaridad. En la sadhana, también es el arte de integrar y armonizar las facetas masculina y femenina de la consciencia: sabiduría y compasión, discernimiento y aceptación, rigor y benevolencia, firmeza y flexibilidad, disciplina y amabilidad, amplitud y profundidad. Esto también puede comprenderse como el Camino del Corazón.

  • Coherencia. Para nosotros un proceso de consciencia ha de consumarse en la “acción”; en las cosas que hacemos, en nuestra actitud ante la vida, en nuestros modelos de relación. Consideramos que nuestro desarrollo interior ha de reflejarse o traducirse en lo exterior. Lo que somos, lo que sentimos, lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos, alineados en la misma dirección. A esto también lo llamamos el proceso de la presencia-coherencia o de la consciencia-corazón.

  • Sencillez, naturalidad y humildad. Lo profundo no necesariamente implica excesiva seriedad o solemnidad. No precisamos de nada artificioso, no hay nada que comparar o aparentar. Lo único que requerimos es ser nosotros mismos, con frescura y espontaneidad. Y, por supuesto, siempre nos podemos equivocar… Una de las claves del proceso es la aceptación de nuestra falibilidad. ¿Por dónde, si no es hacia uno mismo, podría comenzar por aplicarse la bondad?

  • Libertad, responsabilidad y creatividad. Este proceso de consciencia parte del profundo respeto a nuestra singularidad y naturaleza individual. No solo se permite, sino que alienta a cada persona a encontrar su propia experiencia de desarrollo en la vida y la consciencia. Se trata de un proceso que apunta a la libertad, la responsabilidad y la creatividad. De esta manera, además, se favorece un elemento clave en esta aventura de desarrollo y despertar, que no es otra cosa que aprender a disfrutar.

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