Inteligencia Cardiaca

En los albores de esta Era de la Conciencia, cada vez se hace más notorio el concepto de “inteligencia cardiaca”, algo que se nombra y se investiga de manera transversal tanto en el ámbito de la ciencia, de la terapia y la espiritualidad.

Como ahora sabemos, los seres humanos disponemos de una amplia variedad de inteligencias. Estas “inteligencias múltiples” también se denominan “líneas de desarrollo” porque, como su nombre indica, todo fenómeno inteligente evidencia un proceso de crecimiento y desarrollo. Estas inteligencias múltiples señalan a los diferentes rasgos que puede adoptar el mismo proceso de la Inteligencia, como naturaleza implícita de la Conciencia.

De modo que esta “inteligencia cardiaca” no es solo una expresión poética o alegórica; la neurocardiología ha demostrado que el corazón posee una forma de inteligencia diferente a la atribuida al cerebro, con mucha más influencia en nuestra vida de la que podemos imaginar: ambas inteligencias, la del cerebro y la del corazón, se complementan, pero parece que el “puesto de mando” se sitúa en el corazón.

Podríamos entender el corazón como un centro de control principal, que va mandando señales al resto del cuerpo. Hoy sabemos que la función cerebral depende mucho de las señales que manda el corazón.
[Howard Martin]

Todos los órganos de nuestro cuerpo generan sus propios campos energéticos específicos, sus propios patrones de información, pero el corazón genera un campo que afecta y gobierna a todo el sistema. En nuestro desarrollo embrionario contemplamos un corazón que late antes de que cualquier otro órgano o sistema se haya conformado. El corazón tiene su propio sistema nervioso complejo conocido como “el cerebro en el corazón”, un sistema nervioso cardiaco con neuronas, neurotransmisores, proteínas y células de apoyo similares a las que se encuentran en el cerebro, mediante el cual el corazón percibe y procesa información, aprende y decide de forma autónoma e independiente. Así que el corazón hace mucho más que bombear sangre al organismo, en realidad, está muy ligado a los procesos de regulación y sanación de diferentes formas: influye en la presión sanguínea, produce hormonas y genera un campo de comunicación electromagnética. También sabemos que la función cerebral está íntimamente relacionada con el corazón: sus latidos determinan los procesos del cerebro, modulando continuamente nuestras percepciones y nuestros estados de consciencia.

corazón cerebro

Hasta ahora pensábamos que el sistema de entrada de información estaba por completo en el cerebro, pero ahora sabemos que es el corazón el que recibe información en primer lugar y luego la transmite al cerebro.

Los neurocardiólogos han descubierto que las células del corazón no son exclusivamente células musculares, sino que un porcentaje significativo de éstas son células neuronales. Este asombroso descubrimiento pone de manifiesto como estas células cardíacas son idénticas a las células nerviosas en el cerebro, operando a través de los mismos enlaces, las mismas conexiones dendríticas-axonales, y utilizan los mismos neurotransmisores.

También se ha descubierto que en el corazón hay alrededor de 40.000 neuronas que conectan directamente y sin intermediarios el corazón y el cerebro, especialmente la zona relacionada con las emociones (sistema límbico o mesencéfalo), dando lugar a un diálogo permanente entre ambos.

Este cerebro cardíaco está directamente comunicado con nuestro cerebro emocional, y, además, posee una capacidad asombrosa: la intuición. Los estudios ahora revelan que, de alguna manera, el corazón puede reaccionar a un estímulo antes de que éste se produzca, en otras palabras, el corazón sabe lo que va a suceder antes de que suceda.

La investigación científica está apuntando al corazón como centro fundamental de inteligencia en los seres humanos. Hablan de una inteligencia cardiaca muy rápida, intuitiva y práctica, que nos orienta en la toma de decisiones de una manera tan precisa como efectiva. Conectar con la inteligencia del corazón, por lo tanto, supone abrirse a una mayor sabiduría para la vida.

La inteligencia del cerebro es maravillosa, pero, por sí misma, es incompleta. Ahora sabemos que vivir identificados plenamente a esta “inteligencia cerebral” conduce a una existencia dividida y conflictiva, una existencia supeditada a esta lógica cerebral que tiende naturalmente a separar el mundo en partes, rompiendo el vínculo profundo que en realidad conecta y unifica todo lo existente.

Mientras que la inteligencia del cerebro tiende a analizar y a separar en partes, la inteligencia del corazón busca la síntesis. Y ambas se complementan.

La inteligencia del cerebro es muy eficiente a la hora de procesar y gestionar el mundo de las formas y las apariencias; la inteligencia del corazón concilia e integra las “formas” con el “fondo”, y la “diferencias” con la “esencia”; esta inteligencia cardiaca revela la profunda coherencia que opera en toda la Existencia.

Esta inteligencia superior se activa cultivando las cualidades del corazón, la intuición, la gratitud, la confianza, el coraje, la inocencia… El servicio, la empatía, la solidaridad, la aceptación de las diferencias… El humor, la sencillez, la amabilidad, la paciencia… La bondad, la aceptación incondicional, la benevolencia, el respeto por todo lo que vibra en la existencia… Esta es la puerta, este es camino que conduce a la coherencia.

 

Toni Consuegra
Instructor de Meditación y Terapeuta Transpersonal
Fundador de Ananda Desarrollo Integral
www.anandaintegral.com

Por |2024-01-11T10:57:37+01:0023 de junio de 2023|Artículos|Sin comentarios

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