El Origen del Conflicto (Polaridad y Dualidad)

¿Qué es lo que subyace a cualquier fenómeno, a cualquier forma de manifestación y actividad? Todo emana de la Verdad Fundamental de la Unidad.

A esta Verdad Fundamental el Kybalión lo llama el Todo, y el Todo es Espíritu.  ¿Qué es el Espíritu? La Verdad Fundamental. Como vemos, es una pregunta circular, porque nada puede explicar esta Verdad. La Realidad Absoluta, la Conciencia Absoluta, la Infinita Mente Viviente, el Tao, el Zen, Dios, Brahman… Son solo diversas formas de nombrar esa misma Realidad.

Así, si hubiera que buscar un origen al principio generatriz de este universo, tendríamos que remontarnos hasta el mismísimo acontecimiento en el que la Realidad Absoluta, se polariza. (Efectivamente, esto es sólo una manera de hablar, porque tal acontecimiento no se puede rastrear, no tiene origen). Esta polarización proyecta los dos principios básicos sobre los que se asienta la Creación: el principio Activo y el Pasivo, lo Masculino y lo Femenino, el Padre y la Madre, el Cielo y la Tierra, el Yin y el Yang, o como lo quieras nombrar… Poéticamente cabría decir que del Abrazo entre ambos principios nace todo lo existente; todo lo que existe es fruto de este Abrazo, de este Amor Inteligente.

El Amor precede a la Creación, sin Amor sólo hay caos.

El Principio de Polaridad nos enseña que todos los opuestos que vemos en la naturaleza no son dos cosas distintas, sino estados complementarios de una misma Realidad. Los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado. Lo que llamamos positivo y negativo únicamente representa los extremos de un mismo continuo de energía, los dos polos de un mismo fenómeno. Por ejemplo, calor y frío nos son dos cosas, son estados diferentes de una misma energía; dependiendo de la gradación de esa energía lo consideramos calor, frío, templado, etc. Y lo mismo sucede con cualquier polaridad: placer y dolor, firmeza y flexibilidad, miedo y amor, luz y oscuridad, etc. En realidad, nada existe más que por la relación de interdependencia con otra cosa. Los opuestos son estados complementarios, ambos aspectos se necesitan mutuamente para existir, y cada uno alberga interiormente el germen del otro.

Teniendo en cuenta esta Verdad de la Unidad, y este Principio de Polaridad, ¿cuál sería entonces el origen del conflicto? El origen del conflicto es la división, la consciencia de separación. Si la Verdad Fundamental es la Unidad, el conflicto surge al dividir y fragmentar esa Unidad.

El conflicto surge cuando la polaridad se percibe como dualidad. ¿Cuál es la diferencia entre polaridad y dualidad? La diferencia surge del estado de consciencia que observa. Observa este símbolo taoísta del Yin-Yang.

La polaridad contempla aquí estados complementarios e interdependientes. La dualidad contempla opuestos irreconciliables y mutuamente excluyentes.

La polaridad nace de la Unidad, y así es percibida la Totalidad. La dualidad nace de la mente dual, y así es percibida la Separatividad.

Si separas lo que está esencialmente unido, sufrirás. Estar dividido es la única enfermedad.

La Unidad se polariza. La polaridad deviene en dualidad. La dualidad deviene en división. La división deviene en separación. Esa es la trama del conflicto. Esa es la Pérdida del Corazón.

Este es el origen del conflicto; estamos plenamente identificados a la mente dual: percibimos, interpretamos, traducimos y juzgamos el mundo a través del cristal partido de la mente, vivimos y actuamos desde una plantilla de dualidad.  Esto, por cierto, no está bien ni mal, es simplemente una fase de desarrollo y experiencia del alma en su viaje espiritual. El conflicto, la desconexión, el sufrimiento… Es una experiencia propia de un estadio de consciencia particular (la identificación con la mente-ego dual), y es precisamente esa experiencia, la que ahora nos motiva a seguir creciendo (más allá de esa mente-ego) y despertar a la verdad.


Así pues, en el mismísimo ADN de la Creación se haya esta polarización, lo que implica que este universo es en sí mismo “conflictivo”. Ahora bien, esto no representa ningún problema, ¿dirías que existe algún problema en la existencia, algún problema en este flujo misterioso de la realidad? Efectivamente, los problemas sólo existen en la mente. Lo que la mente ha declarado como conflictivo es realmente un pulso creativo entre opuestos que se interpenetran en el seno de la Totalidad.

Una vez más, observa el Yin-Yang… ¿Qué ves aquí? ¿Ves un problema? ¿Un drama existencial? ¿Un juego de contrastes? ¿Una lucha despiadada? ¿Un romance inmemorial? Sí, todo depende de la percepción, de nuestra manera de mirar.

Esencialmente, lo que llamamos “conflicto” es un proceso vivo e inteligente; el conflicto no es otra cosa que la tensión creativa que surge naturalmente de la polaridad. La polarización crea una tensión y esta tensión genera la energía; por lo tanto, todo lo que existe es fruto de esta polarización y esta tensión creativa.

Así que esta existencia no es algo “problemático”, es una expresión del Amor y la Inteligencia creadora. Sin embargo, este pulso, esta marea o danza creativa, donde la energía se compensa en total interdependencia, ha sido diseccionada por la mente dual y dividida entre lo “bueno” y lo “malo”, el “bien” y el “mal”, y al elegir lo bueno y rechazar lo malo, psicológicamente, hemos hecho del conflicto algo “real”, hemos perdido el paso de la danza y ahora vagamos confundidos, nadando a contracorriente de esta existencia, a lomos de este sufrimiento de la humanidad.

Este universo es “conflictivo”, no “problemático”; el único problema lo crea el ser humano tratando de evitar sus propios conflictos (esta danza de polaridad).

Para la mente dual elegir entre opuestos es un hecho psicológico fundamental, y en el mundo de las formas es un recurso práctico perfectamente funcional. La mente percibe y contrasta este mundo de polaridades, y así discierne entre lo que desea y lo que rechaza, entre lo correcto y lo incorrecto, y elige conforme a su necesidad. Sin embargo, al caer el velo de la dualidad, esta cuestión práctica se ha convertido en una cuestión existencial; al identificarnos plenamente a la mente dual este elegir se ha convertido en una continua operación de fracturar la realidad. La identificación al deseo se ha convertido en apego; la identificación al rechazo se ha convertido en represión. Hemos dividido el mundo, y nos hemos dividido a nosotros mismos, y este es el origen del conflicto -como sufrimiento- en nuestro corazón.

 

Toni Consuegra
Instructor de Meditación y Terapeuta Transpersonal
Fundador de Ananda Desarrollo Integral
www.anandaintegral.com

Por |2025-01-12T13:23:48+01:0012 de enero de 2025|Artículos|Sin comentarios

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