Una pregunta crucial que podemos hacernos es ¿desde dónde elijo relacionarme con esta existencia, desde la aceptación o desde la resistencia?
La aceptación es reconocer la verdad de lo que es sin ofrecer resistencia psicológica. Es un estado de consciencia que descansa plenamente en el presente (sin aferrarme a lo que me gustaría que fuera, o a cómo habría tenido que ser). La aceptación es reconocer y es acoger la verdad de lo que es.
Aceptación es no resistirse a “lo que es”, es no oponerse al flujo de la vida; una actitud abierta y compasiva hacia toda manifestación de vida y energía.
La aceptación es el espacio que le ofrecemos a la vida para que su corriente fluya, y en este espacio cabe todo, cualquier estado, cualquier experiencia, cualquier polarización, cualquier faceta o dimensión… La aceptación es el espacio abierto y disponible de la consciencia-corazón.
Si la aceptación es permitir este fluir de la corriente, la resistencia es el esfuerzo de tratar de retenerlo o de evitarlo. Nos resistimos a este fluir de la vida que ahora mismo es como es, y lo hacemos de diversas maneras, desde la negación, la represión, la distracción o la racionalización, hasta el así llamado bypass espiritual. Esta resistencia puede ser consciente (“me resisto a aceptar esto”) pero sobre todo es inconsciente, una forma asumida y desapercibida de relacionarnos con la verdad de este momento. Lo que esto viene a decirnos es que rara vez nos damos cuenta de esta resistencia, y lo que percibimos son los efectos en forma de tensión, enfermedad, conflicto y sufrimiento.
Por otra parte, a veces creemos que aceptamos, porque pensamos y admitimos las cosas; sí, podemos entender, pero no sentimos, y esto es otra forma de aplicar la resistencia. La mente se abre -ya es un paso- pero el corazón sigue cerrado. Nos falta abrirnos, vaciar la mente de palabras y sentir la vida tal cual es. Sentir y asentir la Vida, eso es lo que tenemos que aprender.
Y, por supuesto, a veces confundimos aceptación con resignación, lo cual es otra forma sutil de resistencia. ¿Cómo discernir entre aceptación y resignación? En esencia, la resignación surge del miedo y la aceptación surge del amor. La aceptación expande y la resignación contrae. En la aceptación hay energía y en la resignación no la hay. En la aceptación hay una fuerza, que surge de estar en paz con lo que es, en coherencia con este momento de existencia. Aceptar no significa que no podamos cambiar las cosas en el futuro, pero implica reconocer y permitir la realidad que ya existe en el presente. La aceptación, de hecho, promueve la transformación naturalmente. La aceptación es la condición básica para poder transformar nuestra vida y nuestra mente.
Cuando aceptamos lo que es, es cuando surge, precisamente, la posibilidad de transformar o trascender.
La observación devine en discernimiento. El discernimiento deviene en comprensión. La comprensión deviene en compasión. La compasión deviene en aceptación. La aceptación es la base de la transformación.
En realidad, todos los problemas y las preocupaciones existen porque tenemos en la mente un destino personal en oposición al Destino del Todo, una voluntad personal que se resiste a la Voluntad de la Totalidad.
Cuando nos resistimos, cuando no aceptamos los ritmos de la Vida, de alguna manera estamos imponiendo nuestras ideas de cómo deberían ser las cosas a la Inteligencia Universal, y esto parece un tanto absurdo, es fácil intuir todo el sufrimiento que esta suposición ingenua puede generar. Cuando nos resistimos no estamos fluyendo con la existencia, y esto mismo es el origen de la infelicidad.
¿Sufres? Entonces te estás resistiendo. Estás durmiendo. Esta es la señal. Cuando comprendes a qué te estás resistiendo, en ese momento, hay despertar.
Si aceptas lo que es, no puedes ser infeliz, es imposible. De modo que, relájate, lo que es, es lo que es; lo que tenga que ser, será, y lo que no tenga que ser, no será; así de simple es la verdad.
La mente se mueve entre el deseo y el miedo, entre el apego a lo agradable y la resistencia a lo desagradable. La mente es lógica, y la lógica tiene su lugar: lógica equivale a elegir; esto es correcto y esto es incorrecto, y eliges lo correcto. Pero para la existencia no existe lo correcto ni lo incorrecto, sólo existe la armonía de los opuestos.
Hay un bello cuento…
Existe una antigua parábola; debe ser muy antigua porque por aquellos tiempos Dios vivía en la tierra. Un día se le acercó un hombre, un viejo granjero, y le dijo:
– Mira, puede que seas Dios y que hayas creado el mundo, pero tengo que decirte una cosa: no eres un granjero. No conoces ni el ABC de llevar una granja. Tienes algo que aprender.
– ¿Qué me aconsejas? -dijo Dios-.
– Dame un año de tiempo y durante ese periodo deja que haga las cosas a mi manera ¡la pobreza será barrida de la faz de la tierra!
Dios aceptó: concedió un año al granjero. Naturalmente, éste pidió las mejores condiciones: nada de tormentas ni vientos fuertes, ningún peligro para la cosecha. Todo era cómodo, agradable, y él se sentía muy feliz. ¡El trigo crecía tanto! Cuando quería sol, tenía sol; cuando quería lluvia, tenía lluvia, toda la que quería. Aquel año todo era correcto, matemáticamente correcto. Pero cuando se cosechó, no había nada dentro del trigo.
El granjero estaba sorprendido. Y preguntó a Dios:
– ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha fallado?
– Como no había desafíos -dijo Dios-, como no había conflicto ni fricción, como evitaste todo lo malo, el trigo permaneció impotente. Es imprescindible luchar un poco. Las tormentas son necesarias, los rayos y truenos son necesarios. Ellos agitan el alma dentro del trigo.
Esta parábola es de inmenso valor. Si sólo eres feliz y feliz y feliz, la felicidad perderá todo su sentido. Será como si alguien escribiera con tiza blanca en una pared blanca. Nadie será capaz de leerlo. Tienes que escribir en una pizarra negra, entonces se puede leer. La noche es tan necesaria como el día. Y los días de tristeza son tan esenciales como los días alegres.
[Osho]
La paradoja es la lógica de la existencia. Por eso, cuando dejas que la lógica de la mente se adueñe de ti, estás perdiendo de vista a la existencia. Si vives en la mente, hablarás y hablarás de la vida, le aplicarás tu propia cirugía, la diseccionarás con todo tipo de ideas y conceptos, de interpretaciones y argumentos, la juzgarás continuamente según tu condicionamiento… Pero esto no tendrá ningún valor, ningún significado auténtico, porque todo argumento es limitado, y ningún argumento te libera del sufrimiento.
Acepta. Sólo tu alma sabe para qué vive lo que tiene que vivir.
La Vida no siempre te ofrece lo que quieres, sino lo que necesitas. La Vida no atiende tanto a tu deseo o voluntad personal, como a lo que tu alma necesita para crecer y evolucionar. Confía, la Vida nunca se equivoca… Esa es la comprensión fundamental.
Así pues, confía, sé un observador de la vida, un testigo sensible e inocente, un corazón abierto y despierto a lo que sucede. Entonces aceptarás la totalidad de la vida, te aceptarás, estarás contento contigo mismo, tal y como eres.
Cualquier cosa que te suceda, acéptala como parte de tu destino y entra en ella… Si sientes el infierno en tu interior, penétralo, descubre cual es el sabor de este dolor, de esta angustia, de este miedo, de esta amargura… Todo lo que existe en ti, existe por algo… Es parte de tu destino, de tu desarrollo, de tu experiencia de vida… Parece un caos, pero a no ser que aceptes ese caos no podrás conocer la armonía.
No existe nada que sea una creación irrelevante, tampoco hay partes de la Creación que no deberían ser, o que no encajen en la realidad. Si algo existe es tan válido como cualquier otra cosa, si no fuera así, no habría existido. [P`taah]
Aceptas la existencia, te aceptas a ti mismo, eso es fluir, ir a favor de la corriente… Así son las cosas, así es como este universo quiso que fueras… Aceptas lo que es, ya no condenas nada que exista dentro de tu ser: puede que exista la violencia, la ira, la ambición, la envidia, la hipocresía, la soberbia, lo que sea, pero lo aceptas. Comprendes que necesitas esta parte oscura, pero no para perderte en ella, no para ser absorbido y dejarte manipular, ¡no! La necesitas porque esta energía forma parte de tu desarrollo, y tiene algo que ofrecerte, algo que aportar al proceso de tu evolución, de la misma manera que el abono forma parte de la floración… La necesitas para llevar a cabo tu propia alquimia interior… La necesitas para aprender la integración, la comunión, la compasión, para trascender la ilusión de la separación, la necesitas para pasar del miedo a la libertad, del ego a la consciencia-corazón… En realidad, esta energía existe para que aprendas el Amor.
Habiendo conocido el Amor, dejaré que todo siga su curso, seré dúctil como el viento, y aceptaré todo lo que la vida me depare, con entereza… La vida nunca se equivoca… Mi corazón está tan abierto como el cielo. [Kama Sutra]
Todo lo que surge, todo lo que acontece, está bien, es perfecto, es Lo Que Es.
Esta no es una mera aceptación psicológica, es Aceptación radical, esencial, fundamental, un trasfondo que comprende y está en perfecta paz con todo “lo que es”, incluidas todas las formas de resistencia psicológica y juegos dualistas del ser.
Aceptación hacia cualquier faceta, rasgo o dimensión del ser, aceptación incluso hacia el péndulo hipnótico del ego, a la “hipnosis divina” en la que nos sumimos y nos olvidamos de ser… Amor absoluto a Todo Lo que Es.
Si va por aquí está bien, si va por allá también… Si es por arriba o si es por abajo… Si es por fuera o es por dentro… Si es en el sujeto o es en el objeto… Si es en el silencio o es en los conceptos… Si es en el Espíritu Santo o es en el ego… Si es en la consciencia o es en la inconsciencia… Si es en la aceptación o es en la resistencia… Si es en la luz o es en la tiniebla… Si es o no es… Todo está bien… Lo que Es, es Lo que Es.
Es la Aceptación incondicional de todo el espectáculo, en la materia, en la vida y en la mente. Aceptación no-dual que extiende su Mano amorosa sobre toda forma de existencia, delicada y compasivamente.
Toni Consuegra
Instructor de Meditación y Terapeuta Transpersonal
Fundador de Ananda Desarrollo Integral
www.anandaintegral.com
Querido, Toni:
Te sigo muy de cerca. Sigo escuchándote, leyéndote y con ganas de encontrarnos de nuevo. La vida me trajo una gran tormenta, de la que estoy saliendo. Esto que escribes me aporta luz y resume el proceso…
La observación devine en discernimiento. El discernimiento deviene en comprensión. La comprensión deviene en compasión. La compasión deviene en aceptación. La aceptación es la base de la transformación. Jo, hay situaciones que cuestan mucho, más cuando a lo que te enfrentas es una crisis de identidad. Eso Eso , si : siento que estoy ante el principio de una gran amistad conmigo mismo.
Un abrazo fuerte, fuerte
Querido Javi, deseo que esa gran amistad contigo mismo florezca con fuerza en este nuevo ciclo que comienza!
Gran abrazo!
Querido, Toni:
Te sigo muy de cerca. Sigo escuchándote, leyéndote y con ganas de encontrarnos de nuevo. La vida me trajo una gran tormenta, de la que estoy saliendo. Esto que escribes me aporta luz y resume el proceso…
La observación devine en discernimiento. El discernimiento deviene en comprensión. La comprensión deviene en compasión. La compasión deviene en aceptación. La aceptación es la base de la transformación. Jo, hay situaciones que cuestan mucho, más cuando a lo que te enfrentas es una crisis de identidad. Eso Eso , si : siento que estoy ante el principio de una gran amistad conmigo mismo.
Un abrazo fuerte, fuerte